No podemos parar el progreso

Los nostálgicos echamos muchas cosas de menos, pero no podemos hacer nada contra el progreso, de hecho es algo bueno, muy bueno: lo que pasa es que a veces no estamos dispuesto a ofrecer nada por los avances, por algo superior, por ser más productivos, por ser más del futuro. Sin embargo, nuestras vidas se han hecho mucho más fáciles y cómodas: la tecnología nos ha proporcionado soluciones adecuadas para hacer prácticamente cualquier cosa. Y no es todo, no es solo una cuestión de comodidades, sino también de informaciones: gracias a Internet y a periódicos como elmunicipio.es, podemos estar informados sobre todo lo que pasa en el mundo, en todo momento, como sobre la falange española (ya no hace falta esperar al telediario o que salga el periódico el día siguiente).

Muchos de nosotros conservamos muchas de las cosas denominadas hoy antiguas, pero que fueron de tanta ayuda para nosotros en sus tiempos de éxito. Dentro de unos años, miraremos atrás y veremos los periódicos y los libros extrañados porque nos costará reconocerlos. De hecho habrá generaciones que no los vayan a conocer tal y como ocurrió con los teléfonos fijos de las casas, los que tenían la rueda con los agujeritos para marcar, cosas de los ochenta que nos hacían felices, dentro de treinta años veremos a ver qué es lo que sobrevive de esta época porque con las marchas que llevamos con los cambios todo es posible en la vida.

Al igual que ha pasado con los periódicos, que se han tenido que digitalizar, las revistas han sufrido la misma suerte: muchas de ellas, las que se emitían en papel, ahora son las dueñas y señoras del mundo online. Este formato gusta más a los asiduos, ya que con la prensa online muchos consumidores pueden hacer comentarios en foros y participar a los debates en todo momento. Podrán ser más visibles en sus ideas y con sus comentarios (son los famosos influencers, personas que dan su opinión sobre las cosas cotidianas).

La prensa online ha cambiado la vida de muchos, para algunos ha sido malo ya que la digitalización a supuesto la pérdida del puesto de trabajo de muchas personas que trabajaban en las editoriales y los periódicos, para otros a supuesto la oportunidad de darse a conocer de manera online y ofrecer así sus dotes, como las culinarias, dotes artísticas e incluso ofrecen cursos intensivos de cómo asistir a una cena de etiqueta o como depilarse las cejas, a gusto del consumidor.

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