Desde nuestra niñez adquirimos destreza, con el crecimiento conseguimos desarrollar todas las funciones y podemos manipular y jugar con todo tipo de juegos y juguetes. Los juguetes son una parte muy importante de nuestra etapa más tierna, de la etapa infantil del periodo en el que todo son sorpresas, descubrimientos, aprendizajes, es en esta fase en la que tenemos que explotar todo lo que tenemos a nuestro alcance y es por esto que nuestros padres nos dieron la oportunidad de jugar con juguetes infantiles.

 Los tiempos han cambiado, de eso no cabe duda, en este periodo de cambios, hemos descubierto muchas cosas, sabemos de sobra que los niños aprenden de una manera muy rápida y gratamente nos hemos dado cuenta de que las nuevas tecnologías no tienen secretos para ellos, da igual la edad del niño, todos y cada uno de ellos consigue manejar un teléfono móvil o una tableta nada más cogerla, sin apenas mirarla ya saben cómo usarla, lo mismo pasa con los vídeojuegos de moda y las consolas de última generación, basta con una simple ojada para saber de qué trata y como jugarlo.

Es ahora cuando los padres, que fuimos los niños de antaño, vemos todo lo que ha cambiado la manera de jugar, la manera de divertirse. Antes deseábamos llegar del cole para salir a la calle, muchos de nosotros teníamos juguetes muy básicos, juguetes de madera con los que pasábamos las horas entretenidos.

Los juguetes de madera fueron una de las mejores cosas de la infancia de las generaciones pasadas, la verdad es que muchos de nosotros atesoramos grandes recuerdos de la época en la que lo mejor que podíamos hacer era salir a la calle con nuestro trenecito de madera, con nuestro dragón o con el puzzle con el que todos jugábamos. Esa época en la que nos divertíamos de cualquier manera, en la que no necesitábamos tanta maquinita ni tanta tecnología para ser felices (aunque también es cierto que no la conocíamos)

Los tan preciados juguetes infantiles nos han ayudado desde siempre a crecer, a aprender y a divertirnos, los juguetes de madera eran indestructibles por lo que es fácil encontrar en casa de los abuelos o padres algún de estos juguetes con todas las piezas y en un estado maravilloso de conservación, gracias a su durabilidad pueden pasar de padres a hijos como casi una reliquia familiar.